La versión de Mefistófeles (Parodia), desde la perspectiva del Maestro Rivera, se desarrolla en nuestra época actual entre canciones populares, poesías negroides y bailes típicos del ambiente caribeño que destacan problemáticas de racismo, placer de la carne, infidelidad y todas las posibles tentaciones que mantienen a nuestra gente latina, en el vilo de la vieja tradición sobre “infierno aquí en la tierra o en el más allá” y la oscuridad de todos los mitos. Y sin duda, el tema principal pudiera ser la inconformidad misma del ser humano ante su realidad de nacer y envejecer para luego morir. Fausto es un personaje simbólico de la cultura que arrastramos generación tras generación sobre nuestras conciencias desde que el “ángel caído” se revelo contra su Creador. La idea de protegernos de “los malos espíritus” que andan vagando invisiblemente a nuestro alrededor, y en otras dimensiones, lleva al hombre a buscar conectarse y aliarse a fuerzas oscuras y extrañas que estarán siempre a la defensiva. El Fausto que aparece frente al baúl de sus recuerdos entiende que el “vudú”, como el mismo, está obsoleto y nada sobre la faz de la tierra puede hacer al hombre retroceder al pasado y devolverle sus años de juventud. Es esa disyuntiva de anegamiento es que Mefistófeles cautiva al Fausto al punto de “adquirir” un alma más para su ya sobre copulado infierno. Y entre los ribetes característicos del morbo humano, Fausto se perderá en lo mundano hasta cumplir el pacto y llegar a su destino final, el infierno que es el mismo infierno que ha vivido siempre. La labor y dedicación del Maestro Rivera se hizo notar en el montaje desde el escenario y tras bastidores. El trabajo actoral de sus estudiantes fue excelente. El estudiante Eddy Jiménez (Fausto) brilló como un buen actor bufón. Su desdoblamiento fue creíble y cautivador. Jany Montandon (Reina y otros personajes) reafirma la versatilidad que distingue a buen actor de un simple actor. Madelin Hierro lucia “regia y fabulosa” en su personaje como “Magdalena”, quise escribir “Margarita”, la damita seductora que rompe las leyes jerárquicas de la pureza virginal. Damiana Reyes (Marta) en la “mulata chaperona” encomendada a espiar a “la damita” en sus andanzas con Fausto denota que la comedia corre por sus venas. 

El actor Emir Cruz (Mefistófeles) es un diablo de aspecto “Jamaiquino”, demostró su experiencia escénica y cultivación de la voz al punto de que la audiencia reía a carcajadas hasta la saciedad. La actriz Kathy Tejeda (Valentín) se transformó en el elegante hermano militar que cela a su hermana (Margarita) hasta de su propia sombra. La potencia en su voz varonil inyecta la rudeza de ese tipo de personajes que muy pocas actrices logran manejar adecuadamente. Los actores cantaron, bailaron, y valga la redundancia, actuaron gozándose así sus personajes. El vestuario y maquillaje lograron su efecto anacrónico (Damiana Reyes). Puedo imaginar que los artistas invitados habrán sido fuente de inspiración a todos los participantes que mostraron pasión y disciplina por la actuación teatral. Los personajes estaban muy bien conectados unos con otros, la utilización del espacio escénico, luces y sonido fue muy bien trabajada. Los estudiantes de Teatro TEBA y quienes presenciaron Mefistófeles, pueden sentirse muy orgullosos de que cualquier inversión de tiempo y dinero puesto en sus talleres de formación actoral y boleto de entrada a la parodia rindió sus frutos con una segunda noche de estreno en su nueva casa Teatro SOY dirigida responsable y diligentemente por la Sra. Saarah Medrano y su equipo de colaboradores voluntarios. Al final de todo el objetivo primordial de la adaptación de Mefistófeles no fue tan solo hacernos reír y entretenernos sino también pensar en las contradicciones humanas y las creencias impuestas por los conquistadores que llegaron al nuevo mundo en nombre de Dios a civilizar nuestros ancestros vendiéndole la idea de “un lejano infierno” que está más cerca de lo que pensamos. El género burlesco (bufo) al que responde el montaje de Teatro TEBA está centrado en el trabajo del dramaturgo y periodista, Ignacio Sarachaga (Siglo XIX) de su pieza Mefistófeles, “comprador de almas al diablo”, y de la leyenda del Fausto, hombre alemán que vendió su alma por un cuarto siglo más de vida a cambio de adquirir todos los conocimientos humanamente posible. Teatro TEBA, Teatro Experimental Blue Amigos Incorporado y su Programa de Capacitación Actoral integra nuevos y experimentados talentos presentando propuestas en ingles y español a toda la Comunidad Hispana y al presente, centra su labor en el Alto Manhattan, vecindario con la mayor población dominicana en la Ciudad de Nueva York

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